[caption id="attachment_2030" align="alignleft" width="343"] VoY_TeC (CC BY-NC 2.0)[/caption]
CCP Executive Secretary
VoY_TeC (CC BY-NC 2.0)[/caption]
La ciudad de Granada, en Nicaragua, es un conocido destino turístico que recibe numerosos visitantes al año. Además de una oferta que se caracteriza por la belleza paisajística y monumental del entorno, durante los últimos años se ha venido desarrollando la práctica del turismo sexual.
Niños y adolescentes suelen mezclarse entre los turistas vendiendo artesanía y productos locales y, algunos, a su vez, les ofrecen compañía. Son menores en situación de riesgo. Provienen por lo general de entornos sociales desfavorecidos con un acceso limitado a la educación. En muchos casos, sus propios familiares favorecen la práctica con el fin de que constituya un ingreso económico.
Varias instituciones gubernamentales, el sector turístico local y la sociedad civil, alarmados por la situación, se han unido para crear un Código de Conducta para la Protección de Niñas, Niños y Adolescentes contra la Explotación Sexual Comercial en el Turismo. A nivel local, se han puesto en marcha diferentes proyectos. Por una parte, proyectos de turismo responsable para que el personal que trabaja en hostelería sepa cómo actuar si identifica un caso y cómo denunciarlo ante las autoridades competentes. Y, por otra parte, programas y talleres de atención y prevención para ofrecer formación a niños y adolescentes.
Pero aún queda mucho por hacer. Según datos de ONG nicaragüenses, unos 20.000 niños sufren abuso y explotación en alguna de sus formas, entre las que se incluye el turismo sexual.
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Ms. Carolina García Rizo