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Mitos y percepciones del abuso sexual a menores

En nuestras sociedades y culturas existen, en mayor o menor medida, algunos mitos y percepciones del abuso sexual. Dichos mitos son un tipo de construcciones mentales cognitivas, incluso inconscientes, acerca del mundo, de la existencia o de la realidad al respecto, ellos se originan a partir de determinadas percepciones, conceptualizaciones y valoraciones del entorno que en algunos casos no se ajusta a la realidad o lo hace de manera parcial.

El tema de los mitos y percepciones del abuso sexual, basado en algunas referencias y propuestas ya existentes en la plataforma de internet y de otras fuentes de información, ha servido de base para revisar, analizar y compartir experiencias sobre el problema, asimismo generar diálogos profundos con algunas superioras generales (de habla española) de diversas Congregaciones Religiosas del mundo, esto en el marco de una jornada de talleres ofrecidos por el CCP y en coordinación con la Unión Internacional de Superioras Mayores (UISG).

En este contexto se hablaba de la necesidad de educar, de replantear y de clarificar algunas percepciones sobre el abuso sexual ya que el abuso sexual todavía es un tema invisible o ignorado. Dichas percepciones contribuyen al silencio, a la desinformación y por ende a la no solución del problema tanto en la Iglesia y como en la sociedad.

Asimismo, en dichos encuentros se hablaba de la necesidad de hacer cambios tanto a nivel eclesial como social, un cambio profundo que debe comenzar examinando nuestros propios modos leer e interpretar la realidad de los abusos sexuales, de lo contrario se puede caer en el error de realizar lecturas escandalosas (Cencini, 2015); de hecho los cambios comienzan por cosas básicas que influyen en la vida concreta de los hombres, ¡ahí estamos con la ayuda de Dios!.  En dicho encuentro, se hablaba concretamente de algunos mitos, percepciones a revisar, replantear y educar, por ejemplo:

  1. Pensar que el abuso sexual infantil no es una realidad frecuente. Es verdad que hay dificultades para determinar una prevalencia exacta debido a que muchos casos quedan en silencio, sin embargo, las estadísticas existentes consideran que una de cinco niñas ha sufrido abuso sexual; 9 de 10 adolescentes han sufrido abusos sexuales o relaciones forzadas según los informes de la Unicef en el 2017. Esto nos lleva considerar que es una realidad existente que constituye un problema que debe abordarse.
  2. Pensar que es improbable que los niños (varones) sean víctimas de abusos sexuales, en este mito influyen creencias culturales respecto al sexo femenino y masculino, pero se ha demostrado que el 19, 2 % de las víctimas son niñas y un 7,4% son niños (Pereda, Guilera, & Forns et al., 2009 ), por tanto el abuso sexual en niños es real y en el contexto actual las estadísticas se van incrementando.
  3. Pensar que los agresores sexuales son totalmente desconocidos para la víctima, este prejuicio termina siendo falso, ya que la mayoría de los abusos ocurren en el entorno familiar o cercano a la víctima, ya sea por parte de padres, tíos, hermanos, abuelos, profesores, amigos, vecinos, entre ellos sacerdotes de la comunidad.
  4. Creer que sólo ocurre en ciertas clases sociales, continentes, culturas o familias disfuncionales. Falso, se ha visto que el abuso ocurre independientemente del tipo de familia, condición social y cultura (López, Aguiar, & Alvarez, 2012), en todos los continentes, América del sur, del Norte, África, Europa, Asia, Oceanía. Hoy en día, los casos de abusos sexuales analizados permiten entender que los factores que influyen en los mismos pueden ser variables, sin embargo el problema se da en todos los contextos.
  5. Creer que todos los abusadores sexuales fueron abusados en su infancia, No siempre es así, este puede ser un tipo de argumento utilizado por los abusadores para obtener simpatía o racionalizar sus tendencias abusivas.
  6. Creer que los abusos son perpetrados únicamente por hombres. Si bien es cierto que la mayoría de los abusos sexuales a menores reportados son cometidos por hombres la literatura sugiere que también las mujeres pueden ser perpetradoras hasta en un 20-25% (Denov, 2003).
  7. Pensar que los niños víctimas de abuso son conscientes que el abuso está mal y por ende lo revelarían. Los menores no son conscientes, todavía no poseen la capacidad para entender lo que ocurre. Los niños, a menudo, son victimas de la manipulación del agresor que les hacen creer que entre ellos hay una relación especial, el perpetrador usa diferentes estrategias lograr el silencio de la victima.
  8. Pensar que niños abusados no dicen la verdad, a los niños generalmente se les hace difícil hablar de experiencias y sensaciones que les crean vergüenza, culpa, miedo, confusión, indefensión, los niños no crearían situaciones muy elaboradas por sí mismos, de modo que cuando los niños comunican algo respecto al abuso se les debe creer, escuchar y tomar en serio.
  9. Creer que las víctimas son las que provocan a los agresores, esto es Falso, ya que los niños no tienen nociones de la sexualidad adulta y sus dinámicas. El abuso sexual se da en una dinámica de abuso de poder y abuso de la confianza del niño.
  10. Los agresores son enfermos mentales visiblemente. Falso. Muchos agresores guardan buenas apariencias, se presentan como personas agradables, líderes idealizados, atentos y respetables (incluso eclesiásticos), padres ejemplares. Muchos agresores actúan intencionalmente, direccionan sus actos, planean situaciones y lugares, seducen, se ganan la confianza de los niños para su gratificación sexual. La consciencia e intención los hace responsables de un delito.

Es son solo algunos mitos respecto al abuso sexual a menores, es importante fomentar una educación que aclare dichas percepciones del abuso e identifique otras que pudieran darse con el apoyo también de personas especialistas, que al final ayuden a prevenir dichos abusos y fomente un cambio de actitudes tanto en la Iglesia como en la sociedad en general.

Referencias Adicionales

http://www.mujeresaloeste.org.ar/adolesc/mitos_abuso.html

https://www.excelsior.com.mx/blog/mama-gallina/los-mitos-del-abuso-sexual-infantil/1038429

https://psicologiaymente.com/clinica/mitos-abuso-sexual-infantil-pederastia

https://www.linkedin.com/pulse/mitos-y-realidades-sobre-el-abuso-sexual-infantil-carlos

http://victimsofcrime.org/media/reporting-on-child-sexual-abuse/child-sexual-abuse-statistics

https://www.ncbi.nlm.nih.gov/pmc/articles/PMC4311357/?report

Cencini, A. (2015) È cambiato qualcosa? La Chiesa dopo gli scandali sessuali, EDB, Bologna.

Myriam S. Denov (2003) The myth of innocence: Sexual scripts and the recognition of child sexual abuse by female perpetrators, The Journal of Sex Research, 40:3, 303-314, DOI: 10.1080/00224490309552195

López, Aguiar, & Alvarez. (2012). Consecuencias Psicológicas del Abuso Sexual Infantil. Eureka (Asunción) en Línea, 9(1), 58-68. Recuperado em 23 de abril de 2019, de http://pepsic.bvsalud.org/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S2220-90262012000100007&lng=pt&tlng=es.

Pereda, N., Guilera, G., Forns, M., & Gómez-Benito, J. (2009). The prevalence of child sexual abuse in community and student samples: A meta-analysis. Clinical psychology review, 29(4), 328-338.