[caption id="attachment_1912" align="alignleft" width="300"] April Moore-Harris (CC BY-NC-ND 2.0)[/caption]

Abrumadas por la ola de niños migrantes que escapan de la violencia causada por los narcos y las pandillas en sus países de origen, las autoridades fronterizas estadounidenses descuidaron sus políticas de protección al colocar a algunos de estos niños en hogares adoptivos.  Una investigación realizada por “The Associated Press” revela que muchos de ellos han sido víctimas de abusos sexuales, no han recibido alimentos o han sido obligados a trabajar sin pago.

Varios informes indican que en los últimos años se ha incrementado el número de niños migrantes que llegan a la frontera con los Estados Unidos desde Centroamérica, quienes huyen de sus países de origen por los diversos tipos de conflicto.  En un intento por agilizar el proceso, las autoridades han descuidado el cumplimiento de las normas.  En un primer momento se dejaron de tomar las huellas dactilares a la mayor parte de adultos que deseaban adoptar niños.  Más tarde, se dejó de solicitar y verificar la autenticidad de las partidas de nacimiento.  Luego, se dejó de exigir que se rellenaran los formularios con sus datos personales y finalmente no se exigió la comprobación por parte del FBI de si tenían antecedentes penales antes de aceptar su idoneidad para recibir a los niños.

Jacqueline Bhabha, directora de un centro de investigación de la Universidad de Harvard sobre los derechos humanos, ha declarado que este tipo de casos son “claramente la punta del iceberg”.

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 Fr. Jose Cyriac Melukunnel, SVD

CCP Research Assistant